Retomo el hilo de mis viajes después de haber pasado bastante tiempo sin contar mis personales batallitas y visiones de recorrer el mundo. En esta ocasión toca un destino curioso, nuevo y particular, pero también rodeado de glaciares. Parece que últimamente tengo tendencia a ir a ambientes un tanto gélidos. En casi un año he estado en los denominados tres polos. Karakorum en julio 2023, Antártida en marzo y ahora en el Ártico en agosto. Quizás esta insistencia puede tener alguna relación, si no con el rejuvenecimiento, si al menos con una buena conservación a bajas temperaturas. Ya veremos si funciona.
Pero es curioso que lugares que han sido el culo del mundo con condiciones de vida duras y extremas se hallan convertido en los últimos años en enclaves atractivos para el turismo, sacándolos del declive y del abandono. Las islas Svarlbard es uno de estos lugares dedicados desde inicios del pasado siglo a la minería y la caza de focas y ballenas, pero donde cada vez más el turismo se convierte en la principal fuente de ingresos económicos. Si en el año 2000 apenas superaban los 15.000 visitantes en el 2018 (último año con datos publicados) la cifra ya se había incrementado hasta más de 70.000. Más de la mitad en grandes cruceros, cifra que ha ido creciendo con una clara oposición de los 2.500 habitantes locales. Aquí también hay rechazo a un modelo de masificación turística que incluso crear bosques artificiales en un ambiente de tundra. Aunque esta cantidad es de risa, si la comparamos con las cifras turísticas de España, cerca de llegar este año a los 100 millones. Los turistas de estas islas serían incluso inferiores al número de visitantes que tiene el museo del traje de Madrid.
Es llamativo que las austeras y básicas habitaciones de los mineros son ahora los alojamientos también básicos (con baño y ducha compartidos) de los turistas actuales. Eso sí, pagando el módico precio de 180 euros por una estrecha habitación doble que en estas fechas es incluso complicado conseguir. La infraestructura minera, aun parcialmente en activo, es uno de los atractivos turísticos con la visita a las galerías de las minas o la transformación de estas instalaciones en lugares apropiados para guardar el banco mundial de semillas o el archivo de microfilms del patrimonio mundial de diversos museos y bibliotecas. Aunque lo más llamativo de estas islas, como veremos, es la presencia y los riesgos de encontrarte con los temibles osos polares.